Almas y cuerpos.
Vamos a hablar de antónimos que rompen los esquemas cuando el tema es conjugar saliva y sumar apetencias.
Restar tapujos a la unión más eléctrica y natural entre almas y cuerpos.
Un poquito más,
aceleramos suavidad
mordiendo caricias;
delicadez, voracidad.
Noche y día,
como aridez en la humedad.
Temor, seguridad,
un baño en nuestro volcán.
Destino o casualidad,
cuerpo y ser
se me antojan suculentos;
se aliña el deseo con pizcas de "más".
Desacreditamos reglas,
presentamos y reconocemos
sonrisas y pupilas.
Avanzamos por igual.
Se disfraza en un poema,
la cara limpia del mal.
Atar y desatar,
mantener sin apagar.
Te hago y deshago
con lujo y necesidad.
Fluye la sangre, impaciente,
estallido de paz.
Quietos,
corremos sin movernos.
corremos sin movernos.
Viajamos,
verbalizamos un "ay".
verbalizamos un "ay".
Y así,
paramos y cambiamos tiempos;
fundimos amor y equilibrio.
Volvemos a empezar.
muy buena reflexion ...
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