N 0 L i m i t s.

Queridos ojos que me leéis al otro lado de la pantalla, no sabéis lo feliz que me hace que invirtáis parte de vuestro tiempo en pasearos por mis líneas. Quiero empezar esta entrada hablando de lo eternamente agradecida que estoy a aquellos y aquellas que dedican una pequeña parte de sus días a escribir, a leer y/o a pensar a secas. Mucho más aún si es a escribirme, a leerme o a pensarme, aunque igual es mucho pedir. Gracias de antemano a esos "muchos pedires" que me cumplís. Si en otras ocasiones he hablado de pantallas, bombillas o listas de la risa, hoy quiero hablaros de caminos y espero no extenderme mucho porque podría escribir 20 entradas seguidas sobre esto. El gran camino de la vida. "Cual es mi camino?" "Estaré siguiendo el camino correcto?" " Y si estoy en el camino equivocado?" "Más piedras en el camino o me desnuco ya con tantos tropiezos?" La verdad es que aunque parezca que vengo a traer todas las r

No quiero leer más mensajes repetidos. Las mismas preguntas por rutina, los "qué me cuentas?" o para variar, los  "me aburro, tú qué haces?". Que qué hago? Creo que si te contestase como me gustaría acabarías por irte antes de lo que has venido.  Mucho me temo que no lo entenderías y mucho menos compartirías. O quizás sí, pero no tienes valor.  No hay valor a entender las cosas y"darse cuenta de", a cambiarlo todo. No hay valor a salir de la rutina, ni siquiera a darte un margen de error, cambiar tus planes, arriesgarte. No hay valor a hacer lo que realmente quieres hacer en lugar de preguntarme que qué hago yo. No somos felices y no tenemos el valor de serlo. Que qué hago? Creo que lo que hago es sentir lástima... como de costumbre. Sabes? En realidad ni quiero leer mensajes repetidos ni sin repetir. Quiero un paseo, una charla por la calle o en el sofá, escaparnos, y si te decides a salir de una vez por todas, voy a mirarte y a ace